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lunes, 12 de octubre de 2015

12 DE OCTUBRE DE 2015


Se denomina «descubrimiento de América» al acontecimiento histórico que comenzó con la llegada a América el 12 de octubre de 1492 de una expedición capitaneada por Cristóbal Colón por mandato de los reyes Isabel y Fernando de Castilla y Aragón. La expedición había partido del puerto andaluz de Palos dos meses y nueve días antes y, tras cruzar el Atlántico, llegó a unas islas del continente americano, concretamente las Bahamas. A su regreso dieron a conocer por primera vez en Europa la existencia de un Nuevo Mundo. El descubrimiento constituye uno de los momentos fundamentales de la historia universal y representa el encuentro de dos mundos que habían evolucionado independientemente desde el origen de la humanidad, lo cual cambió el rumbo de la historia.
En los siglos posteriores España, Portugal y en menor medida Inglaterra, Francia y otras potencias europeas compitieron por la exploración, conquista y colonización del continente americano, resultando en el nacimiento de nuevos pueblos, culturas y estados.
Existe controversia respecto al término "descubrimiento" argumentándose que debe reservarse a los primeros seres humanos que llegaron al continente hace aproximadamente 14 000 años) o incluso al probable primer contacto europeo realizado por los vikingos en el siglo X.
El viaje de Cristóbal Colón no resultó fácil para nadie, de hecho hubo conatos de amotinamiento, pero gracias a la presencia y las dotes de mando de Martín Alonso Pinzón se consiguieron resolver estas situaciones. Cuando ya se habían agotado todos los cálculos y previsiones realizadas por Colón, se oyó desde La Pinta el famoso grito de Rodrigo de Triana «¡Tierra a la vista!», dos horas después de la medianoche del 12 de octubre.
El resumen del Diario de Colón cuenta del siguiente modo el momento de la llegada a la isla de Guanahaní:
Jueves 11 de octubre: A las dos horas después de media noche pareció la tierra de la cual estarían dos leguas amainaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes, que llegaron a una islita de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní. Luego vinieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real y los capitanes con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos por seña, con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la cruz y otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la Armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio cómo él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escrito. Luego se ajuntó allí mucha gente de la isla.
La isla estaba habitada por el pueblo lucayo o taíno. (tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Descubrimiento_de_Am%C3%A9rica)

Este evento histórico ocurrido ya hace 523 años, y que ha sido nombrado a través del tiempo de muchas formas, marcaría la historia para siempre, creando un antes y un después.  Por un lado se inició una masacre casi al punto del genocidio, con una población que no tenía las mínimas posibilidades de defenderse ante las armas de los conquistadores, e incluso no poseía las defensas a nivel inmunológico para salir airosa de la cantidad de bacterias y virus que traían los nuevos colonizadores; y por otra parte se inició el saqueo progresivo, voraz y feroz de los recursos naturales presentes en las tierras que posteriormente serían llamadas América, nuestro hogar.
Ante esto, se hace difícil el abordaje pedagógico de esta fecha sin pensar en los horrores que han de haber vivido los habitantes originarios en el momento de la llegada y consiguiente colonización por parte de españoles, ingleses y portugueses. Sin embargo, desde mi perspectiva muy particular, he observado como desde hace ya muchos años (incluyendo mis años de primaria), muchas docentes se limitan a la investigación documental… - niños realicen en una página un resumen del tema y hagan un dibujo. También está el típico hagamos una cinta para la cabeza y le pegamos plumas con papel de colores, pintamos la carita como indios, nos tomamos la foto… ¡y estamos listos!… se cumplió con el tema del día. Pero todo esto si bien tal vez ocupe el tiempo de los niños en las escuelas, no está dejando una huella o un aprendizaje realmente significativo en aras de fortalecer el pensamiento crítico.
Por ello, dentro de mi enfoque hacia el abordaje de la historia, me gustaría proponer soluciones metodológicas que quizás no son tan sencillas para maestros como lo sería elaborar el penacho de plumas… o revisar la página con el dibujo, pero que pueden generar pensamiento crítico real no sólo en los niños, sino también en sus familias. Cinco propuestas puntuales son las siguientes:
·         La realización de pequeñas obras de teatro donde los niños luego de realizarles una lectura acerca del tema deban elegir roles y protagonizar escenas alusivas al descubrimiento de América donde puedan vivenciar el sentimiento del aborigen y sus penurias ante los conflictos que les pudo generar la perdida de sus tierras y de su paz familiar.
·         Realizar juegos comunitarios donde se manifieste el valor de cada ser vivo en una red de biodiversidad necesaria para mantener la vida en el planeta, fortaleciendo así el pensamiento crítico hacia la protección de la naturaleza que tanto han luchado los pueblos aborígenes, y en cómo esto ha afectado el clima y nos continúa afectando a medida que pasa el tiempo y el hombre continúa destruyendo la tierra.
·         Realizar con los niños ejercicios de visualización en los que se imaginen los sucesos de la conquista en ¿cómo fue? (realidad inicial, que es la históricamente correcta), y que el docente en varios ejercicios establezca diferentes posibilidades (realidades alternativas, darle algunos giros a la historia, para permitirles a los niños comparar y establecer criterios de realidad) a ese suceso pasado, para luego discutir, semejanzas y diferencias con las situaciones actuales, y que sean los mismos niños que logren discernir en que se parece el pasado al presente y como ser participantes activos y modificadores de su realidad.
·         Ensayar canciones en idiomas de etnias indígenas venezolanas, haciendo su traducción y motivando a los niños a comprender las diferencias significativas que existen entre cada etnia, y como cada uno es necesario para que la red de la vida se mantenga fuerte.
·         Proponer la realización de un mural escolar con las reflexiones que cada niño pudo extraer de lo aprendido durante la semana de la resistencia indígena y que las fotografías y el trabajo de ese mural sea publicado a través de redes sociales.
Si bien, las estrategias pueden parecer pocas, requieren dentro del aula de clases de mucho tiempo, ya que necesitará de la participación activa de todos los niños y de dejarles el tiempo necesario para reflexionar sus repuestas y sacar conclusiones; Siendo así es recomendable desarrollar una sola estrategia por día y hacer una secuencia de las mismas a fin de que en el momento de llegar al mural los niños tengan muy claras sus ideas a plasmar, también sería sumamente interesante que se activara la participación de la familia en estas estrategias, involucrar a los padres en las investigaciones en casa y en la ayuda del niño para sacar las conclusiones que llevará al mural.



Quizás es muy claro para nosotros, ahora luego de 523 años lo que sucedió durante la conquista de América, en aquel momento y para aquella gente no fue tan claro, y quizás muchos de ellos murieron sin comprender lo que estaba pasando, por ello más que ser una necesidad, es un deber el potenciar en los niños y jóvenes el desarrollo de habilidades del pensamiento crítico  para que sucesos de tal magnitud no continúen sucediendo bajo el sol de este planeta, para evitar las modernas colonizaciones bajo el auspicio de la tecnología y del “bienestar social” disfrazado de “estatus” continúe esclavizando a las personas a ser meros agentes pasivos y cómplices de la destrucción de las culturas y de la vida misma en el planeta con la extracción irracional de los recursos para beneficiar a unos pocos.
Hace 523 años compraron a nuestros habitantes aborígenes con espejos y baratijas europeas… evitemos que esta nueva generación se deje arrebatar la tierra, la vida, y el  planeta por baratijas tecnológicas, porque la tecnología no puede crearnos árboles de mil años, producir agua, crearnos una atmósfera para respirar, restaurar la capa de ozono rota, devolvernos las especies extintas por la ambición de algunos… la tecnología no puede darnos otro planeta tan maravilloso y rico como este.
Depende de cada uno de nosotros, intentar transmitir al otro el amor y el respeto a la vida, con el ejemplo y la acción… ese es el fin esta fecha, la resistencia que debemos tener todos ante las injusticias contra los pueblos, de nuestra conexión con la tierra y nuestro origen.


Rescatemos la vida, vivamos la resistencia indígena como lo que es… una parte de nuestra herencia ancestral, nosotros los hijos de la tierra necesitamos poner toda nuestra inteligencia y amor en preservar a nuestra madre, sin ella irremediablemente nos extinguiremos.
El mandala también llamado Ojo de Dios es un entrelazado, simple o complejo, sobre dos o más palitos y se cree que se originó entre los indios huicholes de México. Se acostumbraba tejerlos cuando nacía un niño. El padre tejía el ojo central y se agregaba un ojo por cada año hasta que el niño llegaba a la edad de 5 años. El mandala huichol es un objeto ritual, mágico y un símbolo cultural que evoca la asociación de trenzado con la espiritualidad. En México el mandala huichol simboliza el poder de ver y entender lo desconocido, lo misterioso. Las puntas representan los cuatro elementos: tierra, fuego, aire y agua.

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