Se
denomina «descubrimiento de América» al acontecimiento histórico que comenzó
con la llegada a América el 12 de octubre de 1492 de una expedición capitaneada
por Cristóbal Colón por mandato de los reyes Isabel y Fernando de Castilla y
Aragón. La expedición había partido del puerto andaluz de Palos dos meses y
nueve días antes y, tras cruzar el Atlántico, llegó a unas islas del continente
americano, concretamente las Bahamas. A su regreso dieron a conocer por primera
vez en Europa la existencia de un Nuevo Mundo. El descubrimiento constituye uno
de los momentos fundamentales de la historia universal y representa el
encuentro de dos mundos que habían evolucionado independientemente desde el
origen de la humanidad, lo cual cambió el rumbo de la historia.
En
los siglos posteriores España, Portugal y en menor medida Inglaterra, Francia y
otras potencias europeas compitieron por la exploración, conquista y
colonización del continente americano, resultando en el nacimiento de nuevos
pueblos, culturas y estados.
Existe controversia
respecto al término "descubrimiento" argumentándose que debe
reservarse a los primeros seres humanos que llegaron al continente hace
aproximadamente 14 000 años) o incluso al probable primer contacto europeo
realizado por los vikingos en el siglo X.
El
viaje de Cristóbal Colón no resultó fácil para nadie, de hecho hubo conatos de
amotinamiento, pero gracias a la presencia y las dotes de mando de Martín
Alonso Pinzón se consiguieron resolver estas situaciones. Cuando ya se habían
agotado todos los cálculos y previsiones realizadas por Colón, se oyó desde La
Pinta el famoso grito de Rodrigo de Triana «¡Tierra a la vista!», dos horas
después de la medianoche del 12 de octubre.
El resumen del Diario
de Colón cuenta del siguiente modo el momento de la llegada a la isla de
Guanahaní:
Jueves
11 de octubre: A las dos horas después de media noche pareció la tierra de la
cual estarían dos leguas amainaron todas las velas, y quedaron con el treo, que
es la vela grande sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el
día viernes, que llegaron a una islita de los Lucayos, que se llamaba en lengua
de indios Guanahaní. Luego vinieron gente desnuda, y el Almirante salió a
tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez, su hermano,
que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real y los capitanes
con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos
por seña, con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de
la cruz y otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas
muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a
los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la
Armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y
testimonio cómo él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la
dicha isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las protestaciones
que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se
hicieron por escrito. Luego se ajuntó allí mucha gente de la isla.
La isla estaba habitada
por el pueblo lucayo o taíno. (tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Descubrimiento_de_Am%C3%A9rica)
Este
evento histórico ocurrido ya hace 523 años, y que ha sido nombrado a través del
tiempo de muchas formas, marcaría la historia para siempre, creando un antes y
un después. Por un lado se inició una
masacre casi al punto del genocidio, con una población que no tenía las mínimas
posibilidades de defenderse ante las armas de los conquistadores, e incluso no
poseía las defensas a nivel inmunológico para salir airosa de la cantidad de
bacterias y virus que traían los nuevos colonizadores; y por otra parte se
inició el saqueo progresivo, voraz y feroz de los recursos naturales presentes
en las tierras que posteriormente serían llamadas América, nuestro hogar.
Ante
esto, se hace difícil el abordaje pedagógico de esta fecha sin pensar en los
horrores que han de haber vivido los habitantes originarios en el momento de la
llegada y consiguiente colonización por parte de españoles, ingleses y
portugueses. Sin embargo, desde mi perspectiva muy particular, he observado
como desde hace ya muchos años (incluyendo mis años de primaria), muchas
docentes se limitan a la investigación documental… - niños realicen en una
página un resumen del tema y hagan un dibujo. También está el típico hagamos
una cinta para la cabeza y le pegamos plumas con papel de colores, pintamos la
carita como indios, nos tomamos la foto… ¡y estamos listos!… se cumplió con el
tema del día. Pero todo esto si bien tal vez ocupe el tiempo de los niños en
las escuelas, no está dejando una huella o un aprendizaje realmente
significativo en aras de fortalecer el pensamiento crítico.
Por
ello, dentro de mi enfoque hacia el abordaje de la historia, me gustaría
proponer soluciones metodológicas que quizás no son tan sencillas para maestros
como lo sería elaborar el penacho de plumas… o revisar la página con el dibujo,
pero que pueden generar pensamiento crítico real no sólo en los niños, sino también
en sus familias. Cinco propuestas puntuales son las siguientes:
·
La
realización de pequeñas obras de teatro donde los niños luego de realizarles una
lectura acerca del tema deban elegir roles y protagonizar escenas alusivas al
descubrimiento de América donde puedan vivenciar el sentimiento del aborigen y
sus penurias ante los conflictos que les pudo generar la perdida de sus tierras
y de su paz familiar.
·
Realizar
juegos comunitarios donde se manifieste el valor de cada ser vivo en una red de
biodiversidad necesaria para mantener la vida en el planeta, fortaleciendo así
el pensamiento crítico hacia la protección de la naturaleza que tanto han
luchado los pueblos aborígenes, y en cómo esto ha afectado el clima y nos
continúa afectando a medida que pasa el tiempo y el hombre continúa destruyendo
la tierra.
·
Realizar
con los niños ejercicios de visualización en los que se imaginen los sucesos de
la conquista en ¿cómo fue? (realidad inicial, que es la históricamente correcta),
y que el docente en varios ejercicios establezca diferentes posibilidades (realidades
alternativas, darle algunos giros a la historia, para permitirles a los niños
comparar y establecer criterios de realidad) a ese suceso pasado, para luego
discutir, semejanzas y diferencias con las situaciones actuales, y que sean los
mismos niños que logren discernir en que se parece el pasado al presente y como
ser participantes activos y modificadores de su realidad.
·
Ensayar
canciones en idiomas de etnias indígenas venezolanas, haciendo su traducción y
motivando a los niños a comprender las diferencias significativas que existen
entre cada etnia, y como cada uno es necesario para que la red de la vida se
mantenga fuerte.
·
Proponer
la realización de un mural escolar con las reflexiones que cada niño pudo
extraer de lo aprendido durante la semana de la resistencia indígena y que las
fotografías y el trabajo de ese mural sea publicado a través de redes sociales.
Si
bien, las estrategias pueden parecer pocas, requieren dentro del aula de clases
de mucho tiempo, ya que necesitará de la participación activa de todos los niños
y de dejarles el tiempo necesario para reflexionar sus repuestas y sacar
conclusiones; Siendo así es recomendable desarrollar una sola estrategia por
día y hacer una secuencia de las mismas a fin de que en el momento de llegar al
mural los niños tengan muy claras sus ideas a plasmar, también sería sumamente
interesante que se activara la participación de la familia en estas
estrategias, involucrar a los padres en las investigaciones en casa y en la
ayuda del niño para sacar las conclusiones que llevará al mural.
Quizás
es muy claro para nosotros, ahora luego de 523 años lo que sucedió durante la
conquista de América, en aquel momento y para aquella gente no fue tan claro, y
quizás muchos de ellos murieron sin comprender lo que estaba pasando, por ello
más que ser una necesidad, es un deber el potenciar en los niños y jóvenes el
desarrollo de habilidades del pensamiento crítico para que sucesos de tal magnitud no continúen
sucediendo bajo el sol de este planeta, para evitar las modernas colonizaciones
bajo el auspicio de la tecnología y del “bienestar social” disfrazado de “estatus”
continúe esclavizando a las personas a ser meros agentes pasivos y cómplices de
la destrucción de las culturas y de la vida misma en el planeta con la extracción
irracional de los recursos para beneficiar a unos pocos.
Hace
523 años compraron a nuestros habitantes aborígenes con espejos y baratijas
europeas… evitemos que esta nueva generación se deje arrebatar la tierra, la
vida, y el planeta por baratijas tecnológicas,
porque la tecnología no puede crearnos árboles de mil años, producir agua,
crearnos una atmósfera para respirar, restaurar la capa de ozono rota,
devolvernos las especies extintas por la ambición de algunos… la tecnología no
puede darnos otro planeta tan maravilloso y rico como este.
Depende
de cada uno de nosotros, intentar transmitir al otro el amor y el respeto a la
vida, con el ejemplo y la acción… ese es el fin esta fecha, la resistencia que
debemos tener todos ante las injusticias contra los pueblos, de nuestra conexión
con la tierra y nuestro origen.
Rescatemos la vida, vivamos la resistencia indígena como lo que es… una
parte de nuestra herencia ancestral, nosotros los hijos de la tierra
necesitamos poner toda nuestra inteligencia y amor en preservar a nuestra
madre, sin ella irremediablemente nos extinguiremos.
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