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jueves, 15 de junio de 2017

TULIO FEBRES CORDERO

En esta ocasión deseo presentar a un autor que sin lugar a dudas para mi es uno de los mejores, sus obras diversas y hermosas son un canto a la vida y la alegría, su lenguaje sencillo y su frescura sin lugar a dudas le hacen un autor inolvidable en mi opinión… el merideño Don Tulio Febres Cordero


TULIO FEBRES CORDERO

Aportes

Realizó un aporte fundamental a la cultura intelectual venezolana, mediante el estudio de la historia de Mérida, de los Andes y de sus áreas de influencia, es decir, el territorio que desde principios del siglo XVII formará el corregimiento de Mérida. Fueron sus padres Foción Febres-Cordero y Georgina Troconis y Andrade. Sus primeras enseñanzas las recibió de sus padres y de sus tíos Favio Febres-Cordero e Indalecia Almarza, pasando luego a la Escuela de Varones de Mérida. En 1871 ingresa a la Universidad de Los Andes para seguir los cursos de Latinidad y Filosofía, graduándose de bachiller siete años después. Durante esta etapa aprende varios oficios que luego le serán de gran utilidad en el futuro: zapatería, relojería, tipografía, encuadernación, caligrafía, dibujo y pintura. En la Universidad inicia estudios de derecho, carrera que culmina en 1882, doctorándose 18 años después. Luego de esto comienza su labor como tipógrafo y periodista.

Actividades

Su actividad en la Universidad de los Andes fue larga y fructífera, especialmente como catedrático de Historia Universal (1892-1924), todo lo cual llevó a ser nombrado vicerrector interino (1912) y rector honorario (1936). En 1883 contrae matrimonio con Teresa Carnevali Briceño, con quien procreará varios hijos. Como tipógrafo desarrolló la técnica de la imagotipia (1885), o arte de representar imágenes con tipos de imprenta. También se ocupa de la foliografía (1896), técnica que consiste en la reproducción mediante impresión de las hojas de las plantas

Su Obra

En cuanto a su obra en general, se puede decir que la misma es polifacética por abarcar aspectos propios de la historia, la literatura, la antropología, el derecho, la educación y otras ramas del saber. Por lo tanto, no es raro que su escritura se exprese en distintos géneros: crónica, ensayo, cuento, novela y poesía. Asimismo, su heterogénea producción intelectual se caracteriza por abordar conjuntamente los hechos de la historia formal (conquista, fundaciones, revoluciones, guerras, etc.) con los de la historia cotidiana (costumbres, creencias, modos de vida, etc.). Fue notable su interés por dar a conocer en un lenguaje sencillo las tradiciones, mitos y leyendas, expresiones que si bien no forman parte de la historia académica, sin embargo, ayudan a entender la psicología de los pueblos, en especial la de la región andina. Durante su existencia, Tulio Febres-Cordero fue objeto de numerosas distinciones, como el haber sido admitido en instituciones académicas tanto de Venezuela (miembro correspondiente de la Academia Nacional de la Historia y de la Academia Venezolana de la Lengua) como del extranjero. En 1978, los herederos de la familia Febres-Cordero donaron a la nación la colección de impresos y documentos pacientemente reunidos por el escritor merideño, así como lo dejado por su hijo José Rafael. Hoy estos materiales pueden ser consultados en la Biblioteca Febres-Cordero del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional, ubicada en Mérida.

Uno de los cuentos que más me gustan de este autor es el qué presento a continuación… una forma muy divertida de poner situaciones de la vida diaria al alcance de todos… Espero lo disfruten tanto como yo:

¿ME COMPRA EL GALLO?


Hombre manso, apacible, incapaz de matar una mosca, tal era el doctor Cienfuegos. Pero cuando llegaba a ponerse bravo, era un polvorín, estallaba como una bomba; por lo cual él mismo procuraba dominar su carácter irascible hasta donde las circunstancias lo permitían.
Cierto día, estaba muy ocupado redactando un alegato, cuando fue bruscamente interrumpido.
—Tun, tun, tun.
—¿Quién es?
—Buenos días, doctor... ¿Me compra este gallo?
—No señor, no compro gallos.
—Está gordo.
—No lo necesito, ni gordo ni flaco.
—Es de buena cría.
—Le digo que no le compro el gallo.
—Se lo doy muy barato.
—Aunque así sea.
—Es nuevo y bien emplumado.
—No, mi amigo, no le compro el gallo.
—¡Qué lástima! Deja usted de hacer un buen negocio. Vamos, hasta por cinco reales.
—Ya le he dicho que no necesito gallos.
—Pero véalo usted: es una preciosura.
—Aunque sea, no se lo compro; y hágame el favor de retirarse, porque estoy sumamente ocupado.
—Mire, doctor, que estas ocasiones no se presentan todos los días. Anímese, pues, y me compra el gallo.
—Al fin, mi amigo... al fin me pone usted en el caso...
—De comprarme el gallo, ¿verdad?
A Cienfuegos le estalla el apellido por todos los poros del cuerpo, y arremete contra el tenaz vendedor, a quien rompe las narices y saca a trompadas hasta la puerta de la calle.
Gran escándalo. Acuden los vecinos y la policía. El hombre muestra la cara ensangrentada, y el doctor bufa de pura cólera. La policía lo arresta; y entonces el malherido vendedor, volviendo a coger del suelo su gallo, se interpone entre la autoridad y Cienfuegos, diciéndoles:
—Yo no pido cárcel para el doctor, sino otra cosa; y todo quedará arreglado.
—¿Qué cosa? -preguntó la policía.
—Que el doctor me compre el gallo.
—¡Ah, grandísimo bellaco! -exclamó Cienfuegos, yéndosele encima.
—No se enfade otra vez doctor: el gallo es bueno y barato.
Al fin el doctor, aconsejado por la policía y para cortar el escándalo, porque la gente llegaba como a campana tañida, resolvió aceptar la transacción.
—Tome pues, amigo, los cinco reales y asunto concluido.
—Mil gracias, doctor. Dígame ¿a qué hora lo hallaré mañana en su casa?
—¿Y qué más quiere usted conmigo?
—Es que tengo otro gallo mejor que éste.
—¡Otro gallo!
—Sí, señor, para ver si me lo compra.
—Un trabuco naranjero es lo que voy a comprar ahora mismo, para quitármelo a usted de encima -exclamó Cienfuegos dispuesto a cometer una diablura, y con razón.


REFERENCIAS CONSULTADAS:

·         https://es.wikipedia.org/wiki/Tulio_Febres_Cordero 15/06/17


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