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domingo, 28 de junio de 2015

RESUENA Y SUEÑA


Durante algunos años esta docente melómana (persona fanática de la música), pero que no estudio música en el sentido estricto del término, buscó en: libros, revistas, publicaciones en red, con amigos y conocidos músicos algunos métodos pedagógicos para iniciar a los niños en el aprendizaje de la música, no obstante, fue una tarea difícil, ya que en ese momento existían pocas fuentes de información al respecto y que a muchos músicos los forman como tales, las mayoría de las universidades venezolanas no les brindan formación pedagógica específica para abordar la enseñanza de la música (la que reciben suele ser muy vaga). Siendo así, me vi en la necesidad de recurrir a los conocimientos adquiridos gracias  mis maestros en cuanto a psicología, pedagogía, andragogía, neurobiología, historia, danza, las experiencias en cuanto a la formación musical de mis familiares músicos (que son muchos), y mis pacientes maestros de música coral (que dicho sea demás han sido los únicos capaces de soportar mi hiperactividad y mi nivel de distracción …  ¡Gracias Gerardo Rondón, Javier Duque y Humberto Colmenares! … ¡Los quiero!) y con toda esa información me inicie hace ya cerca de diez años en el abordaje y tratamiento a través de la música de muchos niños con trastornos conductuales, emocionales, cognitivos, estimulación temprana, logopeda, y diversidad funcional aplicando todos esos conocimientos en terapia lúdica y musical, consiguiendo resultados casi mágicos, porque es realmente maravillosa la forma en que la música, la danza y el teatro consiguen hacer en niños y jóvenes cambios radicales, a nivel emocional, conductual, físico y cognoscitivo. 

Y como todo llega cuando debe llegar, hace unos días encontré un libro muy pequeñito, y escondido en una librería bajo un montón de revistas… y ¡taran! Ese librito entre muchas otras cosas contiene algunos métodos de enseñanza de la música que datan de 1900… bueno y digo 1900 por hacer una aproximación ya que sus autores son de esas fechas y ¡cuál no sería mi sorpresa!... al darme cuenta que en forma natural y por deducción lógica de todo lo que estudié, estaba haciendo exactamente lo que describen los métodos, no sólo eso, además, conseguí sin saberlo adaptarlos a los entornos y las situaciones pedagógicas exactas para consolidar los resultados  que los niños necesitaban en ese momento de sus vidas; Y me acerqué a todas las conclusiones de estos músicos sin conocer sus teorías, siguiendo instintivamente lo que aprendí desde muy temprana edad y combinándolo con el conocimiento adquirido a través del tiempo. Ya en artículos anteriores exprese las bondades de la música y su aplicación para evitar la violencia y mejorar los procesos creadores del ser humano en aras de conseguir el equilibrio a todo nivel (cabe destacar que actualmente si existen múltiples paginas web que contienen información acerca de métodos pedagógicos para enseñanza de la música). Seguramente en próximos escritos profundizaré en muchas otras bondades que ofrece este maravilloso arte…el caso es, que en este apartado quiero dejar plasmados algunos métodos de enseñanza de la música que conseguí, pueden hacerle la vida más sencilla a todos aquellos docentes que deseen de corazón generar cambios conductuales en sus grupos de alumnos sin necesidad de recurrir a: gritos, amenazas con la dirección o con citar al representante, etc… espero les sean de utilidad:
Método Dalcroze:

Emile Jackes Dalcroze (Viena, 1865 – Ginebra, 1950) fue el creador de la “Rítmica Dalcroze” (método de educación por el ritmo y para el ritmo conocido como RÍTMICA). Este método permite la adquisición del sentido musical a través del ritmo corporal.
En 1910 publicó varios artículos con lo esencial de su método, pero en 1920 aparece el libro El ritmo, la música y la educación, donde recoge toda su aportación a la pedagogía musical, que incluye “canciones con gestos”.
El método Dalcroze considera que niños y niñas deben experimentar la música física, mental y espiritualmente. Tiene como metas fundamentales el desarrollo del oído interno y el establecimiento de una relación consciente entre la mente y el cuerpo para ejercer un determinado control durante la actividad musical.
Entre los objetivos de la “Rítmica Dalcroze” mencionamos:
  • Explorar las posibilidades de movimientos.
  • Dominar las reacciones y movimientos corporales.
  • Consolidar el sentido métrico, midiendo el espacio y el tiempo de los movimientos.
  • Desarrollar la atención, la concentración, la memoria y la expresión corporal

Método Willems:

Nacido en Bélgica (1890 – 1978), Edgard Willems desarrolla su método a partir de la fusión entre “la música y el ser humano”, y otorga una gran importancia al movimiento y a la voz.
Para Wilems, la música está relacionada íntimamente con la “naturaleza humana”, ya que contribuye a despertar u desarrollar las facultades humanas, y a la consecución del equilibrio y la armonía interior. Considera que el instinto está relacionado con el ritmo; la afectividad, con la melodía; y la intelectualidad, con la armonía.
Con su método Willems espera:
  • Contribuir a la apertura general y artística de la persona.
  • Desarrollar la imaginación, la memoria y la conciencia musicales.
  • Preparar al ser humano para el canto coral y para la armonía.
  • Fortalecer la “música en familia” y otros aspectos sociales de la vida musical.

Las canciones con “mímica” o “con gestos” de Edgar Willems, es una de las muchas propuestas didácticas que formuló, pretenden establecer un vínculo entre las palabras y el movimiento del rostro y del cuerpo para que así “adquieran vida” y niñas y niños perciban la música con todas sus capacidades.
Otra propuesta de trabajo del método Willems son las “canciones con ritmo”. En este caso, el propósito es desarrollar el instinto del ritmo musical partiendo del impulso físico, a partir de sencillos movimientos de manos, piernas, pequeños saltos, etc.
Para Willems, la “audición interior” es la base de la inteligencia auditiva.
Método Orff:

Karl Orff (Alemania, 1895 – 1982), músico y pedagogo alemán, basa su método en el ritmo del lenguaje. Para Orff, la célula rítmica está basada en la palabra hablada. Une la expresión y el ritmo a través de la recitación de nombres, pregones, llamadas, refranes o combinaciones sencillas de palabras y destaca en todo momento la riqueza rítmica y expresiva que las expresiones orales poseen. El ritmo nacido de estos simples juegos idiomáticos se va musicalizando.
Por otro lado, Orff con su método, intenta desarrollar la creatividad de los niños y favorecer o fomentar la espontaneidad. Tomó como punto de partida el folclore y las tradiciones alemanas. Comienza con la palabra, llega a la frase y la transmite al cuerpo. A continuación, el cuerpo se transforma en un instrumento de percusión con una gran variedad de timbres: es la “percusión corporal” y el cuerpo, la caja de resonancia; y para percutir tenemos los pies, las manos, los dedos, etc. En la percusión corporal, todo el cuerpo trabaja, todo el cuerpo actúa y niñas y niños perciben y disfrutan del ritmo, que se concreta o hace realidad en ellos.
Otra de las técnicas en este método es utilizar el eco. Se trata de que los pequeños intenten reproducir con exactitud un motivo melódico o rítmico. Con estos ejercicios niñas y niños van aumentando paulatinamente sus destrezas musicales mientras desarrollan su mente y su atención.   
  
Para mayor información y algunos otros métodos de enseñanza de la música les recomiendo dirigirse a los siguientes enlaces:
  1. https://sites.google.com/site/pedagogiamusi/m/metodo-orff
  2. https://sites.google.com/site/pedagogiamusi/metodo-dalcroze
  3. http://www.filomusica.com/filo45/willems.html

 Fuente consultada:
Cantojuegos 2. De: Cecilia Rogier y Eduardo Maceillac (Primera Edición).




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